Hace un par de días floto en una alegría para la que no he encontrado palabras adecuadas, suficientes. Esa es una de las razones por las que no he podido escribir nada sobre el tema en este blog.
Hoy, el mismo al que debo agradecimiento ha querido regalarme las palabras adecuadas para agradecer. En la primera lectura, del libro de Isaías (49, 1-6):
"Mientras yo pensaba: "En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas", en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios."
Querida Ana, es de los posts que más me ha alegrado leer desde hace tiempo.
ResponderEliminarY no me resisto a recordarte mi salmo favorito, (muy ad hoc)
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
que comáis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
Uf
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