lunes, 14 de marzo de 2011

Jacques Le Goff habla sobre este blog

"El imaginario del claustro es el de la clausura, unido en el imaginario cristiano al del jardín. El jardín medieval por excelencia es un JARDÍN CERRADO, y su condición como tal protege tanto las producciones de verduras y frutas de los monjes como el espacio de espiritualidad al que está unida de manera especial, desde los siglos XI-XII, la imagen de la Virgen."

[Héroes, maravillas y leyendas de la Edad Media, Paidós Orígenes, Barcelona, p. 105]

jueves, 10 de marzo de 2011

Maravilla

Hacía años que rezaba para encontrar a una persona con la que compartir la vida. De casarse no le hacía ilusión el vestido ni el fiestón (o no principalmente) sino la aventura que suponía: dejar de vivir sola, empezar a vivirlo todo compartido. Le parecía que era una vida mejor, más grande, que cumplía lo que ella deseaba.

Muchos días leía el blog de aquel poeta, poco mayor que ella, que llevaba años felizmente casado pero rezaba para tener un hijo: entre líneas percibía su anhelo, que no se acallaba pero sí se iba volviendo confiado. Tal vez no conviniera... tal vez Dios tuviera otros planes. Aprendía ella también a confiar su anhelo a Otro, a veces no sabemos qué es lo mejor.

Un día, pasado el tiempo, leyó en el blog la convocatoria para la presentación del poemario en que él cantaba, agradecido, el nacimiento de su primer hijo. No pudo asistir: tenían cursillo prematrimonial ese día.

martes, 8 de marzo de 2011

¿Te has tomado el amiplín?

Cafeteando con una excelente compañera de trabajo, aprovecho para desahogarme por algunos asuntos que me traen loca: la gente desconsiderada que no devuelve llamadas, que no cumple plazos, que dificulta con su actitud el trabajo ajeno. Ella, experimentada en estas lides mucho más que yo, sólo sonríe y asiente. Pero en un momento concreto, apenada al ver que realmente me lo tomo tan a pecho que me quita la paz, interviene:

-"Como me dice mi hermana muchos días: ¿te has acordado esta mañana de tomarte el a-mí-plin?"

viernes, 4 de marzo de 2011

Tres historias postmodernas


UN CIENTÍFICO PROMETEDOR

Fue una pena que su meteórica carrera se estancara en ese punto. Dos masters y un postgrado, una estancia de investigación en el Reino Unido y otra en Estados Unidos... sus descubrimientos sobre el sistema solar tenían en jaque a toda la comunidad científica.
Y de repente, comenzó a irritarse por nimiedades: que los poetas no podían seguir diciendo "sale el sol por el oriente" porque el sol no sale. El sol está quieto: somos nosotros los que nos movemos. Tampoco el sol "se oculta", ni la luna "aparece". Y que tontería esa del amor que mueve el sol y las estrellas, ¡¡que están quietos todos, que la rotación es de la tierra!!
Su familia se preocupaba al verle tachando frases con furia, arrancando páginas de libros, devorando la historia universal de la literatura las horas de la madrugada, para encontrar nuevas herejías contra su ciencia que expurgar, furioso.
No obstante, no salió en los periódicos hasta el día en que dió un bofetón a un niño, por la calle. Testigos presenciales del suceso declararon que éste había voceado alegremente, justo antes del suceso: "¡Mira mamá! El sol se va a dormir, como nosotros, ¿verdad?"


* * *

SUCIO MACHISTA

Era una chica tan independiente... Desde jovencita, acostumbrada a sacarse las castañas del fuego, como ella decía. Abanderada de la lucha feminista, la eliminación de toda desigualdad, recelosa de cualquier privilegio que significara la pervivencia de una antagónica organización social explotadora. "Me gusta conducir a mí, no que me lleven", "¿por qué tiene ese tío que cederme el paso? ¿qué se ha creído?", "me encanta trabajar, no soportaría que nadie me regalara nada", "¿me ha visto más débil o porque c... me cede el asiento?"

Sus amigas pensaban que se quedaría sola. Pero qué tontería, qué terrible error. Enseguida apareció él, y era perfecto. No tenía coche, ni carnet de conducir. No tenía trabajo, ni carrera, ni modales. Tenía una buena dosis de cansancio encima, "en mi vida anterior debí dedicarme a construir una pirámide o algo así, no comprendo porque estoy siempre tan cansado" farfullaba desde el sofá el día en que tenía ganas de hablar. Así que ella trabajaba y llevaba a (su) casa el sueldo (y le llevaba a él en su coche). Y estaba tan contenta, porque a él nunca, nunca, se le ocurrió abrirle una puerta o llevarle un paquete. "Es que yo no podría vivir con un sucio machista..."

* * *

EL FIN DEL MUNDO

Pasó siete años dedicada a hacer su tesis. Iba a ser la mejor investigación del mundo, la más puntera, a nadie antes se le había ocurrido nada parecido. Imaginaba el pasmo de la comunidad científica, las entrevistas en los medios más prestigiosos, la lluvia de ofertas de todo tipo: becas de universidades extranjeras, empresas patrocinadoras... su nombre y el título de la tesis impresos por todas partes, sonando en los telediarios, en la boca del vulgo, en todos lados.

Imperceptiblemente, había ido perdiendo relaciones. Claro, la tesis le ocupaba todo el tiempo, nunca encontraba el momento de quedar con un amigo... "la gente no sabe lo que es trabajar, ocho horitas en una oficina y el resto del tiempo para ellos, ¡así cualquiera!". Dejó de ir a los cumpleaños, de felicitarlos incluso, porque perdió el cuaderno donde los tenía apuntados. A menudo se le olvidaba responder las llamadas, pero no se daba apenas cuenta, porque como cada vez eran menos... su propia familia, cansada de recibir improperios, comenzó a limitarse al correo electrónico. Total, nunca iba a nada...

A medida que se acercaba al final de la tesis, un vértigo creciente le invadía. Apenas recordaba una forma de vida distinta a la actual, doce o catorce horas de estudio diarias. Una certeza, entonces, se entronizó en su cabeza: cuando ella acabara la tesis, vendría el fin del mundo. Todo había confluido hasta ese momento, todo se había ordenado armónicamente para que la culminación de los tiempos fuera justo en ese momento. La angustia por todas las cosas que había planeado hacer "cuando acabara la tesis" le invadió. Pero, se dijo a sí misma, aún tengo un recurso, aún hay algo que puedo hacer: no terminar todavía, alargar el proceso para evitar así que se produzca el fin del mundo...

miércoles, 2 de marzo de 2011

Distinguir al poderoso (en el ámbito laboral en España)

¿Cómo se distingue en España a quien tiene poder en el trabajo?
No, desde luego, porque sea el que más trabajo saca.
Ni menos aún porque sea el que mejor saca el trabajo.
O el que tenga mejores ideas. (¡Ni peores!)
No es porque trate mejor (ni peor) que nadie a los clientes, compañeros o jefes.

El poderoso se detecta porque, cinco minutos antes de la hora de salida, le dice a otro alguna de estas cosas: "Espérate un poco... lo vemos en un rato... lo necesito hoy mismo... es urgente".
El poderoso sabe que es poderoso porque tiene la capacidad de disponer del tiempo de los otros.

Otros que, agazapados, gruñidores, aduladores o despreocupados, esperan pacientemente el día en que...
No en que ya no les pase eso. (Al contrario, saben que cuánto más suban en la empresa más veces tendrán que esperar a última hora. Tendrán que esperar, incluso, sin que nadie les diga que lo hagan).
Lo que esperan pacientemente es el día en que ellos puedan también dirigirse a alguien y decirle: "Espérate un poco... lo vemos en un rato... lo necesito hoy mismo... es urgente".
Porque entonces sabrán que ellos también son poderosos.

martes, 1 de marzo de 2011

La alegría del cielo empieza aquí

Leo a San Bernardo, me lo imagino siempre delgadillo y con su tonsura cantando a voz en grito por los pasillos:

"Cierto, nuestro gozo será grande, nuestra alegría infinita, cuando comience la verdadera vida. Pero ya LA ESPERANZA DE UN GOZO TAN GRANDE NO SE PUEDE DAR SIN GRAN GOZO. Que la esperanza os tenga alegres, dice el apóstol Pablo. Este gozo se produce en el alma de aquel que ha sembrado para la justicia por la convicción que tiene de que sus pecados le son perdonados."