"Hay cosas que no es necesario decir". De acuerdo, pero son las menos.
Otras muchas necesitan ser dichas, y cuando no se dicen, las palabras no pronunciadas se agazapan, rencorosas, formando una barrera invisible entre el que no dijo y el que no escuchó...
Y no cabe consolarse pensando que "algún día" se dirá lo que no se dijo en su tiempo. Porque el tiempo es caduco, o sea, que pasa y no vuelve. Las palabras tienen su hueco en el tiempo, y fuera de sitio ya no valen.
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ResponderEliminarSoy un auténtico inutil de las nuevas tecnologías. He borrado mi comentario, pero siempre hay una segunda oportunidad:
ResponderEliminarHasta hace poco pensaba que los "gracias" no hacía falta decirlos a los cercanos. "Claro, si lo sabe de sobra, que sin ella es imposible".
Pero no hay nada mejor que los "gracias" cotidianos.
Nada de guardarse los "te quiero", los "qué bien que estés" y demás.
Ahora, lo contrario, lo de "yo sincera como santa Clara bendita" no, por favor