domingo, 26 de diciembre de 2010

Un Niño se nos ha dado (Feliz Navidad)


Ha venido para todos, hecho un Niño muy pequeño. Para todos. Pero hoy pienso en las niñas que, casi desde que pueden mantenerse en pie, acunan un muñeco en los brazos: es increíble lo pronto que despierta el instinto maternal, antes que la razón o el juicio. Pienso en las adolescentes y jóvenes que han abortado y se despiertan, sobresaltadas, de pesadillas nocturnas en las que acunan un niño inexistente en los brazos. Pienso en las esposas jóvenes que no pueden tener hijos, y en la forma en que acunan a sobrinos e hijos de amigas en los brazos, añorando un niño propio. Pienso en las madres mayores, cuando ven un niño chiquito y le hacen arrumacos, a medias entre la nostalgia por los suyos que ya han crecido y el anhelo de que esos mismos suyos crezcan más y les den nietos.

-"Es increíble, pero las mujeres parecemos haber nacido para tener siempre un niño en brazos..."

Hay Uno que se ha hecho Niño, muy pequeño, para colmar, también, ese hueco. Para no dejar vacíos en el corazón humano.

Feliz Navidad 2010.

sábado, 18 de diciembre de 2010

El amor a las letras y el deseo de Dios

Es el título de un libro* que compré hace un par de años -por lo menos- y aún no he leído.
Pero la relación entre los dos enunciados que forman su título la he encontrado, primero, en el discurso de Benedicto XVI al mundo de la cultura, en el Colegio de los Bernardinos de París; después (ahora) leyendo la Verbum Domini:

"la sana tradición eclesial ha tenido siempre amor por el estudio de la "letra". Baste recordar aquí que, en la raíz de la cultura monástica, a la que debemos en último término el fundamento de la cultura europea, se encuentra el interés por la palabra. El deseo de Dios incluye el amor por la palabra en todas sus dimensiones."

Qué consuelo para mí, hoy, incapaz de hacer otra cosa más que leer, ávida de más tiempo para dedicarle a la lectura.

*Jean Leclercq, Ediciones Sígueme, Salamanca

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Palabras verdaderas (Elogio de la rutina)

Es tan difícil usar palabras verdaderas. "A ver si nos tomamos un café..." le espetas igual a la pesada de turno que al amigo añorado, aunque a éste sí deseas verlo con calma; a aquélla, ni en sueños. "No sabes cómo te lo agradezco": y no lo sabe, a veces tanto, otras nada de nada... Las mismas palabras expresan las cosas más dispares.

Sol y frío en Madrid. En el trabajo, me encuentro lo primero una amiga querida, nos tomamos el café, me contagia alegría, hoy como casi siempre. Interrumpo la mañana de correos y llamadas yendo a ver al Único Importante, dice el sacerdote en la homilía: "Dos mil años después, seguimos deseando que llegue en forma muy impresionante: no nos resignamos a verle como un Niño, como un poco de Pan, en lo más pequeño. Sencillo, callado, casi oculto viene a nuestro encuentro cada día." Salgo de la iglesia y voy al banco a sacar dinero: delante mío, sale un señor despistado dejando el saldo en la pantalla del cajero (30.000 euros!!) y la tarjeta dentro. "¿Desea realizar otra operación?" me pregunta la pantalla. Como le digo que no, me ordena, despechada: "Recoja su tarjeta". La recojo y salgo corriendo a la calle, aún le encuentro, menos mal: "Se ha dejado la tarjeta..."

Leo cuentos porque me han nombrado miembro de un jurado para un premio aquí, en la Universidad. Me impaciento, son muy malos, todos los protagonistas tienen nombres extranjeros, Tim o Sally... ¿qué les pasa, a estos niños? escriben mal, las tramas no tienen sentido, vulgares y emotivistas a tope... ¿ya no hay nadie que sepa decir palabras verdaderas?

Algo encuentro, al fin, menos mal. Y siguen las alegrías: Enrique apoya, sin saberlo, mis argumentos en la conversación de anoche con Martín, y me da el notición: ¡¡otro niño!! "La única verdadera innovación que se produce en este mundo es el nacimiento de un niño" dijo Hannah Arendt, y lo repite Llano en Repensar la Universidad, lo acabo entusiasmada por momentos, mientras espero a Pablo para comer juntos, qué alegría sin fin hoy.

"El enamoramiento del día de la boda es nada, tan pequeñito, comparado con el que viene después, cuando llevas dos, o tres, o cinco años viviendo juntos las veinticuatro horas..." me dice Pablo. ¿¿Rutina?? ¿Qué es la rutina? pienso volviendo a mi mesa, antes de trabajar un poco e irme a clase de golf y a cenar con unas magníficas nuevas amigas. Y recuerdo la última página del libro de Llano, la frase de Ireneo: "Sabed que Él ha traído toda novedad, porque ha venido Él mismo." Y sí, he encontrado hoy mis palabras verdaderas.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Alguien me explica mi tesis

No alguien cualquiera no. Todo un ex-rector de la Universidad de Navarra. Después de Segunda navegación (coincido con el diagnóstico de Ángel, y añado: pero está escrita como una novela... engancha, engancha), estoy leyendo Repensar la Universidad. A veces se me hace árido, otras demasiado abstracto, encuentro ideas con las que estoy parcial o totalmente en desacuerdo... pero también joyas. Como ésta, que explica perfectamente el empeño de la tesis en el que estoy metida hasta las cejas (intentando acabarla en Navidad):

"La concentración es el bien, la dispersión es el mal, decía el pensador norteamericano Ralph Waldo Emerson. Investigar es CONCENTRARSE EN TORNO A FOCOS DE INTERÉS cuyo horizonte se dilata a medida que en ellos se penetra."

Ahora, que como el horizonte siga dilatándose... no acabo ni para Semana Santa.

martes, 7 de diciembre de 2010

El afán de un día es suficiente para el hombre

Justamente ayer hablaba con un buen amigo y me lo recordaba: "Se nos ha enseñado a pedir el pan de cada día... no podemos preocuparnos hoy por el pan de mañana."

Con más contundencia acabo de léerselo a Benedicto XVI, en respuesta a una de las incisivas preguntas de Peter Seewald del libro Luz del mundo (que recomiendo encarecidamente, por cierto) acerca de lo sorprendente de su elección, que él no deseaba:

"Ver lo increíble hecho realidad fue realmente un shock. (...) intenté mantener la serenidad, confiando plenamente en que, ahora, Él me iba a conducir. Tendría que familiarizarme lentamente con lo que puedo hacer, y me limitaría siempre al siguiente paso. Justamente considero muy importante para mi vida entera esa frase del Señor: no os preocupéis por el mañana, cada día tiene su propio afán. El afán de un día es suficiente para el hombre; más no puede soportar. Por eso procuro concentrarme en solventar el afán del día de hoy y dejar lo otro al día de mañana."

domingo, 5 de diciembre de 2010

La debilidad intelectual de un sujeto que se limita a leer

Leo a Newman en carta a su amigo Williams (año 1833 y como si fuera hoy):
"me he convencido aún más de la debilidad intelectual de un sujeto que se limita a leer; le es imposible captar y entender y hacer suyas las cosas que le trae la vida; parece un niño inerme mientras el torrente de la vida pasa y vuelve a pasar a su lado y le zarandea y sacude por todas partes."

Me recuerda aquello que le leí a Chesterton en Lectura y locura como si me lo estuviera diciendo a mí (año de 1901 y como si fuera hoy):
"Existe una clase de hombres que en realidad prefieren los libros a todo aquello con lo que los libros están relacionados: lugares hermosos, hechos heroicos, experimentos, aventuras, religión. Leen acerca de estatuas de dioses sin avergonzarse de su propia desaliñada e indolente fealdad; estudian los testimonios de actos magnánimos y públicos sin avergonzarse de sus vidas ensimismadas y ocultas. Se han convertido en ciudadanos de un mundo irreal y, como los indios en su paraíso, persiguen con jaurías de sombras un ciervo de sombras. Esa es su locura."

Me parece que además de advertirme a mí, cada uno de ellos se advertía a sí mismo.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Mario Quintana habla sobre este blog

"JARDÍN CERRADO. Mera ostentación burguesa la de esos jardines con vistas a la calle, cuando todo jardín debería ser interior (en los dos sentidos del término): un jardín cerrado, con una fuente en el centro y alguien sentado en él, tal vez leyendo estas líneas..."

[La pereza como método de trabajo, Trabe, Oviedo, p. 114]

jueves, 25 de noviembre de 2010

Tres deseos

Si ahora mismo se me apareciera un hada, o el genio de la lámpara maravillosa (o cualquier otro ser mágico con facultad de conceder deseos) llegaría en el momento perfecto, porque tengo mis tres deseos ya formulados:
1. Pediría un despacho con luz natural, a poder ser al menos una ventana desde la que se viera un árbol (si son más ventanas y más árboles, mejor)
2. Pediría al menos dos horas enteras dedicadas en exclusiva a leer cada día
3. Pediría la capacidad de solucionar las cosas que me agobian y que dependen de mí (vulgarmente llamadas "marrones") con rapidez, en lugar de rumiarlas y retrasarlas, aumentando el agobio

domingo, 21 de noviembre de 2010

La vida de los otros

Quizá tiene que ver con mi cumpleaños... cada año, junto a la alegría arrolladora por este don que es el más grande y gratuito -estar viva- surge un sentimiento (al principio fue ligeramente amargo, cada año es más sereno), mejor diría una certeza, de las cosas que ya no podré hacer. Ya no podré tener doce hijos, es improbable que pueda ser paisajista, no me dedicaré al estudio de la filosofía...
Cada año, no obstante, este sentimiento es más sereno. Porque he encontrado el antídoto: en mis horas libres devoro memorias, epistolarios, biografías. Otros fueron lo que no he sido, y tuvieron la generosidad (ellos o los que les rodeaban) de ponerlo a mi disposición. Leemos para vivir otras vidas, ¿quién lo decía?... Una existencia sola no es suficiente, estamos hechos para el Cielo, dónde no hay que elegir ni descartar, se nos da todo.

viernes, 12 de noviembre de 2010

¿Cuántos libros puedes leer?


Cada vez que leo una recomendación literaria de alguien en quien confío (y son montones) o veo un libro debajo del brazo de alguien cercano (es un decir, también encima de una mesa o en su casa) o visito una librería de las que me gustan, siento un impulso irrefrenable que me mueve a pensar que necesito comprar ESE LIBRO.


La casa llena, los libros sin leer en montañas porque no caben en las estanterías, los "debería" acumulados, la insatisfacción por no poder arrancarle al día suficientes horas para leer... a veces me pregunto si no será que no todos los libros son para mí, como no todas las personas del mundo pueden ser amigos aunque todos tengan cualidades que les diferencien y todos sean muy valiosos.


¿Y si cada mes comprara sólo los libros que puedo leer ESE MES? ¿Cuántos compraría?

viernes, 5 de noviembre de 2010

Sencillez que da vida

Días de "dolencias", físicas y anímicas, de repente se viene todo encima: la tripa, la cabeza, el cuello... duele una cosa y luego otra, y lo peor es la opresión interna: el agobio, el miedo, la sensación de estar sobrepasada, de no llegar a todo, de que las peticiones superan la capacidad de responder.

Y de pronto, se pone una a rezar laudes y va desgranando oraciones sencillas, los salmos que durante más de dos milenios han sostenido a un pueblo, las peticiones tan pegadas a la tierra, la lectura breve (San Pablo: "muy a gusto presumo de mis debilidades... porque cuando soy débil, entonces soy fuerte"). Y descubre (¡¡otra vez!!) que la sencillez de la Iglesia salva toda complicación y libera de toda preocupación. Sencillez que da vida...

jueves, 14 de octubre de 2010

Triana


No sé nada del asunto del que voy a escribir, dicho sea lo primero a modo de disculpa. A primeros de junio, cruzamos el puente para cenar a orillas del Guadalquivir, en la calle Betis (¿o en la calle Pureza?), impagable recomendación de mi amigo Pablo. Dos días después, Roci nos contaba de la sevillana (¿de Lole y Manuel?) sobre el ser trianero que dice "en la calle Sierpes me siento extranjero".


Pero anoche encendí el televisor y en algún canal daban un reportaje sobre Triana. Un chico joven, con su coletita y barba, pinta flamenca, guiaba a la risueña reportera por el barrio. Entusiasmado le mostraba edificios, callejas, plazuelas, recovecos, el mercado... hasta que en un momento dado, exultante, la introduce en una iglesia:


-Vamo a vé a la Señora de Triana.


Se persigna. Dice bajito:


-Sólo verle la cara, me queo sin habla.


Conduce a la locutora al altar de al lado:


-Y mi Cristo de las tres cruces...


Vuelve a persignarse. Se queda callado. En la cara se lee la emoción. Y al final dice:


-El privilegio más grande de mi vida... 35 años tengo, y creo que será el privilegio más grande de mi vida hasta que me muera, es ir debajo dél.

lunes, 11 de octubre de 2010

La eternidad es precisa

Aquí, una vida entera es breve para estar con los que quieres.
Y cinco minutos de dolor ya se hacen largos.

jueves, 7 de octubre de 2010

Diálogos paterno-filiales (II)

Despedida, esta vez en el recibidor. Con la preocupación ante cualquier desplazamiento, por pequeño que sea, que he heredado por vía femenina de la familia materna, recomiendo:
-Id con cuidadín!!!
Padre mira a la transmisora directa de esta herencia mía, o sea madre, y responde:
-Tranquila. Yo voy siempre con cuidadina

lunes, 4 de octubre de 2010

Sentirse víctima

Acabo de tomar café con la directora de voluntariado de la universidad, sobre todo amiga. Son siempre cafés estimulantes (redundancia) los suyos, por los temas de los que habla, y su rica experiencia en acción social.
Hoy, no sé cómo, salía el tema del victimismo. Me decía que es la actitud que más daño hace, porque cuando uno asume que es víctima, ya no hace nada por salir de su situación. "Es que no puedo hacer nada..." "es que me tratan mal y yo que voy a hacer..." son las frases que más ha escuchado en personas con exclusión social, y el trabajo con ellas es precisamente convencerlas de que sí hay cosas que pueden hacer, que no dependen totalmente del otro, el que ha causado el daño.
La ausencia de toda exigencia en la educación, en las relaciones personales, etc., redunda en beneficio del victimismo. Las asociaciones de maltratados tampoco ayudan: al final te convencen de que eres una pobre víctima, no tienes nada que hacer. Y no es verdad: en casi toda circunstancia hay algo que puedes hacer.
Luego está el victimismo en el trabajo: es que me tienen manía, es que no me consideran, es que no puedo hacer nada si no tengo presupuesto... ¡¡falso!! se pueden hacer cosas sin apenas presupuesto, las deficiencias en el gobierno de las organizaciones no suponen que estén todos contra ti.

En fin, toda la riqueza de la conversación no cabe en este post apresurado. Acabábamos hablando del mensaje del Papa para la próxima JMJ, la de Madrid, y cómo lo que nos dice a los jóvenes (arraigar la vida en Cristo, edificar con la Iglesia sobre roca firme...) empuja a tomar la actitud de hacer cosas, tomar las riendas de la propia vida, no dejar que otros nos digan por dónde tenemos que ir, sino seguir al que es el Camino seguro.
Y entonces me acordaba yo del Crisóstomo recién leído, que repite varias veces una frase que según su traductora/editora (Mª José Zamora) es de sus favoritas:"Nadie puede causarte daño, si tú no te lo causas a ti mismo". Y me acordaba de la Madre Teresa de Calcuta y esa enumeración preciosa que hace de preguntas/respuestas, y cuándo le preguntan "¿El mayor mal del siglo XX?" no responde "el aborto, las guerras, el sida, los regímenes totalitarios..." sino "la autocompasión".

Porque en cuanto empiezas a sentir muchísima pena por tí mismo, te invalidas para nada más.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Sólo se conoce lo que se relee

Por la mañana hablaba con mi mejor amiga sobre su "ruptura sentimental". Y que a veces te despista un poco el hecho cierto de que el mundo está lleno de personas a las que podrías querer, con las que podrías llevarte bien, etc., pero sólo si eliges, sólo si te vinculas con una, si te involucras, vamos, si dejas de ser un espectador que mira desde fuera y entras a saco, o sea, SI TE ENTREGAS, sólo entonces conoces de verdad a la otra persona, sólo entonces sabes de verdad lo que es querer y que te quieran. Nada real ocurre en el mundo de las posibilidades. (Pasa igual con la amistad, aunque en el amor se ve de forma más radical porque es UNA persona, pero también el que pasa por la vida pensando que puede ser amigo de un montón de gente pero no se involucra con nadie, al final no tiene ningún amigo).

Por la tarde encontré un alma gemela intelectual, padre de ocho hijos, profesor, licenciado y doctor en varias cosas, curiosidad infatigable. Un sabio, vamos, pero como dice Benedicto XVI: uno que sabe cómo vivir bien la vida, eso es un sabio. Hablábamos de nuestra común pasión por los libros ("incontinencia" la llamaba él), con iguales manifestaciones: no poder salir de una librería con menos de siete libros bajo el brazo, repetir año tras año el propósito cuaresmal de no comprar más libros, tener llena la casa y desesperada a la familia, desesperarse uno porque no tiene tiempo suficiente para leer todo lo que compra/desea. Y sobre todo, porque no tiene tiempo para releer, y ya lo decían los clásicos, non multum sed multa, y habría que aplicar a los libros las reglas que da San Ignacio a los Ejercicios para moderarse en el comer... Y entonces él dijo la frase gloriosa que da título a este post:

-"Además, los libros piden ser releídos. Hasta que no has leído varias veces un texto, una y otra vez, no empiezas a conocerlo un poco..."

Justo igual que con las personas.

[*Este post sirve de adelanto y desagravio de otro que quiero escribir hace una semana, con dos textos preciosos sobre el matrimonio que he leído, pero nunca encuentro el momento. Y es que todo últimamente me habla del tema, también este post precioso de Enrique, con sus comentarios, y la copla prodigiosa que encierran]

martes, 21 de septiembre de 2010

Mis tardes con Margueritte (y más cine)


En todo un año, apenas voy media docena de veces al cine (y a veces me parecen demasiadas...)

Este año aún no he reseñado ninguna de las películas que he visto, y van cuatro. En enero fuí a ver Qué fue de los Morgan, una romanticona y ligerita que no valía gran cosa, pero hacía pasar un buen rato y tenía dos virtudes sobre el común de este género: el humor en los diálogos y el final esperanzado y totalmente a favor del matrimonio y la familia.

En marzo (¿o abril?) fuí a ver Invictus, me encantó. La coherencia que emana de la figura de Mandela, las escenas de los partidos, los valores que transmite, el acierto de la música que subraya las escenas...

En junio vimos La última cima. Era obligado, sé que es buenísima, pero sufrí un buen rato. Volví a revivir los días terribles de febrero, la muerte de Pablo y Sara, tan inesperada, el dolor de Ruth.

En fin, en mayor o menor grado, todas buenas pelis, hasta que el mes de agosto, a finales, opté por una peli francesa que recomendaban entusiásticamente en un blog del que me fío completamente: Mis tardes con Margueritte. Los temas parecían muchos de los que más me interesan: el amor a la lectura, la amistad entre personas de diferentes edades y procedencia social, la educación como proceso en el que es clave la confianza entre educador y educando, que aquél haga sentir a éste seguro de sus posibilidades. Fuímos.

Y bueno... sí que es bonita la relación entre el bruto interpretado por Depardieu y la anciana Margueritte (sin duda, el personaje más logrado de la peli), sobre todo en el emocionante final vale la pena (y estoy de acuerdo, lo que necesitan los ancianos no son residencias sino estar con sus seres queridos), y está bien planteado el drama de estarse quedando ciega cuando para ella "leer es como respirar".

Peeeeeeeero... la relación de Depardieu con su novia es absurda (y que alguien pruebe a verles/ escucharles con su novio/a al lado: da vergüenza ajena), con su madre es peor (aunque al final nos digan que una madre sólo puede querer, aún si no está dotada para ser madre), con sus amigos es de vergüenza... la relación de la vieja dueña del bar y el marroquí joven un horror también... y la selección de libros que los protagonistas leen juntos (empezando por La peste, desde luego) no me atrae nada.

En fin, que la materia prima de base es buena (la vida en un pueblo tranquilo de Francia, las limitaciones personales que responden más a circunstancias personales desgraciadas y a la consideración ajena que a la verdad, la amistad entre personas distintas en todo, el amor por la lectura que se contagia como la fiebre) pero la realización no lo es. Y sólo porque la mayoría de las películas que se estrenan no tratan temas que me interesen, no significa que voy a apuntarme a alabar las que tratan temas que me interesan, pero los tratan en forma que me repele...

domingo, 19 de septiembre de 2010

Vete a la cama a tiempo, y serás perfecto


De los santos, como de mis tíos, me interesan más los pequeños detalles de cada día que las grandes hazañas, sin que eso suponga que desprecie éstas, ¡faltaría más!


Hoy el Papa ha beatificado al Cardenal Newman, cuyos grandes textos se me han resistido siempre. A pesar de las elogiosas recomendaciones de Adaldrida, acabé Perder y ganar a fuerza de pura voluntad. No me duró tanto la voluntad y abandoné a medias la Apología pro vita sua (aunque ahora, a raíz de la beatificación, me he propuesto retomarla).


En cambio un poema suyo sencíllismo, Lead me, Kindly light (Guíame, luz buena...) me sostuvo una turbulenta temporada de mi vida, rezándolo a diario. Y hay un párrafo que me conmueve especialmente*. Está en Meditaciones y Devociones, en un artículo cortísimo que se titula "Un camino corto a la perfección". Alguien le ha preguntado cómo se cumple la exigencia evangélica del "Sed perfectos..." y trata de explicar que no se trata de salirse de la rutina ni de hacer extravagancias sino de "hacer perfectamente el trabajo del día". Y para que quede más claro, acaba con ejemplos concretos:


"Si me preguntas qué debes hacer en orden a ser perfecto, digo: primero, no te quedes en la cama más allá del debido tiempo para levantarse, ofrece tus primeros pensamientos a Dios, haz una buena visita al Santísimo Sacramento, dí el Ángelus devotamente, come y bebe a la gloria de Dios, reza bien el Rosario, sé recogido, guárdate de los malos pensamientos, haz bien la meditación de la tarde, examínate diariamente, vete a la cama a tiempo, y serás perfecto."


*Seguro que es por mi incapacidad de irme a la cama a tiempo, que hace que al día siguiente esté cansada y gruñoña todo el rato.

sábado, 18 de septiembre de 2010

La Iglesia, mi casa

Atentos lectores de este blog me hacen notar que en la última entrada he usado una etiqueta nueva: "home". Me preguntan a qué se refiere.

Creo que la culpa, fundamentalmente, es de mi abuela. En los largos meses de verano que pasábamos con ellos, nos llevaba a Misa cada tarde, y un día, de camino, nos confesó lo contenta que iba: "Desde que murió mi padre, cuando voy a la Iglesia me digo: ahora voy a casa de mi Padre". Mi hermana y yo, dos pipiolas, alucinadas: "Sin la casa de un padre, niñas, no se puede vivir, aunque la casa propia sea la más bonita del mundo, como la mía, y en ella quieras tener a toda tu familia y a los amigos siempre."

Recuerdo a menudo esa tarde. Yo, gracias a Dios, sigo teniendo la casa de mi padre (que además, es donde vivo) pero la Iglesia es para mí la Casa, aún más grande, de mi Padre, aún más grande que el de aquí. Cuando cito al Papa, a católicos desconocidos o a católicos que son mis mejores amigos, y también cuando cito a los santos, algo dentro de mí me indica que estoy hablando de mi familia. (Por supuesto que tengo familia querida y entrañables amigos que no son católicos. Y también que hay católicos con los que me enfado o no estoy de acuerdo)

Como no soy capaz de explicarme mejor, cierro esta entrada con uno de mis fragmentos favoritos del libro Rome, sweet home (Roma, dulce hogar en la traducción española, editada por Rialp) que cuenta la conversión al catolicismo de un matrimonio de protestantes, los Hahn (ellos hablan de su conversión como una "vuelta al hogar"). Es del momento en que él, Scott, ya está en la Iglesia Católica y ella, Kimberly, no sólo sigue sin ver nada claro que la verdad esté ahí, sino que ha tomado la conversión de él como una traición y todo lo que él le explica (entusiasmado) le parece horrible. Cuenta ella:

"Una noche, interrumpió mi sueño entusiasmado con un pensamiento:
-Kimberly, ¿te das cuenta de que estamos rodeados aquí y en este mismo momento por María, los santos e innumerables ángeles?
Inmediatamente reaccioné:
-¡No en mi dormitorio! ¡De ninguna manera!"

martes, 14 de septiembre de 2010

Desconsuelo

Mi mejor amiga está desconsolada. Ayer me tuvo casi una hora y media al teléfono (me tuvo y la tuve, la responsabilidad va al 50% porque desde luego no estuve hora y media callada) detallándome su maldeamores.

Ya me había acordado de ella por la mañana, cuando leí esta maravilla de San Agustín que había citado el Papa en la audiencia del domingo (¿¿por qué San Agustín nunca me parece tan maravilloso cuando lo leo yo sola que cuándo se lo leo citado al Papa??): "el lugar de la tranquilidad imperturbable se encuentra donde el amor no experimenta el abandono" (Confesiones, IV, 11.16)

Por la noche, nada más empezar la carta A una joven viuda de San Juan Crisóstomo (es que ayer era el santo del día), resonó como un aldabonazo el primer párrafo: "ya que los golpeados no deben gastar todo el tiempo en duelo y lágrimas, sino que además han de poner mucha atención en la cura de sus heridas, de suerte que por ser descuidadas no procuren a las lágrimas un golpe mayor y hagan más viva la llama del dolor..."

Mi Iglesia, siempre atenta a remediar el desconsuelo.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Diálogos paterno-filiales

Despedida a pie de ascensor. Con la preocupación ante cualquier desplazamiento (por pequeño que sea) que he heredado por vía femenina de la familia materna, recomiendo:
-Id con cuidadín!!!
Respuesta de padre:
-Buscaremos a cuidadín pero, si no aparece, nos tendremos que ir solos

viernes, 10 de septiembre de 2010

Apostolado


Me ha tocado preparar el tema de marras para mi grupo. ¿Por qué siempre te toca el tema que menos te atrae? Para que reflexiones en lo que más necesitas y a lo que nunca le dedicarías tiempo si no, creo.


He decidido emplear el blog como "banco de pruebas", un "brain storming" previo al asunto. Empiezo: la primera idea que me viene a la cabeza cuando hablamos de apostolado es Andrés corriendo a por su hermano Pedro: "¡Hemos encontrado al Mesías!" quizá porque mi hermana y yo también nos queremos así: en cuanto una encuentra algo bueno, quiere que lo tenga también la otra. El apostolado es una cuestión de caridad, no de activismo. No te "propones" que muchos conozcan al Señor, sino que como quieres a muchos... quieres que esos muchos tengan lo mejor que tú tienes: al Señor. Haberle conocido justifica una vida... y sin conocerle, dificilmente se justifica una vida.


Segunda idea: el apostolado es una cuestión de unión íntima con el Señor. La "íntima unión personal con Cristo" (no sobra ni una palabra) de la que habla Benedicto XVI en la Audiencia General sobre San Pío X del 18 de agosto. No es algo que uno se "propone" sino algo que uno "desprende" aunque no quiera, aunque no se dé cuenta. Es la famosa oración del Cardenal Newman que las Misioneras de la Caridad rezan cada mañana: "Dear Jesus, help me to spread Your fragance everywhere I go..." Cómo emociona oírlas, cualquiera que haya vivido en una casa de Misioneras, aunque sea un día, sabe a lo que me refiero. Y qué apostolado magnífico hacen ellas, sin hablar siquiera, sólo con la silenciosa fuerza de la caridad. El apostolado (vuelvo al origen) es una cuestión de caridad, o sea, de amor: amor a Dios, amor a los demás, amor de Dios sobre todo que nos envuelve a todos y nos permite amar a todos.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Renacimiento: atando cabos


En agosto leía las Últimas cartas de Tomás Moro, el mejor Renacimiento.

Acabé el mes yendo a ver la exposición de Ghirlandaio en el Thyssen: qué maravilla.

Y el lema en latín, pintado detrás de la figura: he olvidado casi todo lo que supe, pero hice una traducción libre y disfruté pensando que era eso lo que ponía.

La concepción del arte y los artistas que tenemos, todavía hoy, es claramente renacentista.

Y luego me llegó otro texto latino para traducir, una inscripción de Ugo da Carpi en una obra para la que le había cedido el motivo Rafael: y qué hermosa protección contra el plagio, por primera vez colándose en el arte la idea de la originalidad personal, la genialidad del artista individual, cuestiones todas que hubieran escandalizado a un medieval, creo.

Y para la tesis he consultado El diseño de libros del pasado, del presente y tal vez del futuro. La huella de Aldo Manuzio (de Enric Satué, Salamanca, 1998) y allí estaba todo otra vez: Venecia (pero también Florencia), el anhelo de universalidad, tocar todos los palos, no esta fragmentación de la hiperespecialización postmoderna. Y el anhelo de la belleza, y otra vez Ghirlandaio.


El Renacimiento me persigue...

viernes, 3 de septiembre de 2010

Editores

Por diversas causas, estoy leyendo mucho sobre editores y labor editorial estos últimos días. No es lo mejor de lo que he leído, pero en la revista DeLibros de septiembre hay un artículo dedicado a los editores que trabajaban en grandes grupos y se han lanzado a la aventura de lanzar pequeñas editoriales ("independientes"). Encuentro una afirmación de editor que me gusta, un poco simple, pero me gusta, dentro de una reflexión más amplia que hace Enrique Murillo (y que tampoco está mal):

"He aprendido que en el mundo del libro hay trabajando mucha gente que no lee jamás, que apenas si echa una ojeada a informes de lectura escritos por otros. He vivido con dolor personal el desprecio que se siente por los autores, por los libros, por la cultura. También he aprendido a hacer números. A los alumnos del Master de Edición de la Universidad Autónoma de Barcelona les enseño que la mejor editorial necesita algo más que publicar muy buenos libros. Debe también estar saneada como negocio, debe lanzarlos bien, venderlos, o de lo contrario acaba cerrando y esa editorial deja de ser la más buena porque ha tenido que abandonar. Un editor es ante todo un lector, en segundo lugar debe entender un poco de negocios, y ha de dedicarse a vender sus libros, es decir a transmitir la pasión que le han suscitado a él cuando los leyó y eran sólo un manuscrito." (p. 47)

Y también de Enrique Murillo esta reflexión sobre el trabajo en los grandes grupos empresariales (en este caso editoriales, pero puede ser cualquier otro), IMPRESIONANTE:

"De todas partes tuve que irme por motivos nunca relacionados con mi desempeño profesional sino con los celos, mi incapacidad para callar ante lo que no me gustaba, mi poca tendencia a participar en el navajeo y la política interna de esos grandes grupos. En ninguno me callé a tiempo; siempre pensé que no debía fidelidad al alto o mediano ejecutivo, sino a la empresa que nos daba de comer a todos, y eso suele estar mal visto en organizaciones piramidales. Yo no me había metido allí para medrar, sino para hacer buenos libros, y resultó que, hablando en general, me encontraba bastante solo. Los demás estaban pensando en otros asuntos." (pp. 45-6)

Revista DELIBROS, Nº 245, Madrid, Septiembre 2010, pp. 45-48.

jueves, 2 de septiembre de 2010

La buena vida


Creo que se llama así porque abre de 12 a 12, todos los días. La buena vida es trabajar haciendo lo que más te gusta (leer, pero para no cansarte, paras a ratitos para tomarte un café o ponérselo a alguien, para charlar un rato o estirar las piernas) y no madrugar.


O a lo mejor la buena vida es pasar un rato por ahí...


En fin: aquí lo dejo.


miércoles, 1 de septiembre de 2010

Lecturas de verano


Esto es lo bueno de trabajar en un centro de cultura (léase Universidad). Tomando café con un amigo viene otro amigo y en vez de "qué tal todo, cómo ha ido el verano, estás morena" me suelta lo primero: "He leído un libro bueno este verano. La fe de los demonios. Abracadabrante."

Entonces el otro amigo (con el que me estaba tomando el café) me cuenta: "Yo he leído tres libros este verano, pero dos no me han gustado nada. El tercero, que era de poesía, sí". (No pongo aquí los nombres porque sólo me acuerdo de los dos que no le han gustado nada, y no del de poesía que es vasco y contemporáneo).

Y entonces yo me veo obligada/encantada a contar que yo he leído cinco libros este verano, bueno, tres nuevos y dos relecturas. Los nuevos: Últimas cartas de Tomás Moro, en Acantilado (espectacular), la carta Orationis formas de la Congregación para la Doctrina de la Fe cuando Ratzinger era prefecto (me ha ayudado muchísimo, qué LIBERTAD: cada católico debe buscar su camino de oración, sin fórmulas preconcebidas ni recetas, pero sabiendo que Cristo es el Camino, y lo que nos lleve a Él es bueno y lo que no, pues no) y Aquí, de Wislawa Szymborska, que había leído la reseña de Enrique García Máiquez en Poesía digital (no sé enlazarla) hacía meses y por fin lo encontré, en un café-librería chulísimo, pero eso lo cuento mañana.

Dos relecturas, que se disfrutan más que las lecturas: la Autobiografía de San Ignacio (la leí en una edición con "castellano modernizado" y no estaba mal, pero qué incomparablemente mejor es leerla en la edición buena, la de las Obras Completas de la BAC, qué expresiones deliciosas) y 84, Charing Cross Road, esta vez en inglés, y por eso lo he disfrutado aún más, porque es una obra sobre literatura inglesa y hay que leerla en su idioma original, y porque me lo compré en Londres. Ahí queda eso, y es que los libros también son de los lugares, no espíritus desencarnados sino trocitos de la vida nuestra, materiales y espirituales como nosotros, los hombres.

martes, 27 de julio de 2010

Vacaciones!!!

Todo un mes para aprender una sola cosa: a estar de corazón en lo que hago, vivir el momento presente, no abarcar más de lo que puedo.

¿Un mes? La vida entera cuesta aprenderlo.

miércoles, 21 de julio de 2010

Nadie acabará con los libros


Me lo acababa de recomendar el editor con el que llevaba casi dos horas reunida, así que recién salida bajé al Corte Inglés de Ayala a por él. Miré la portada: no me gusta que el nombre de los autores aparezca en letras más grandes que el título, de por sí ese detalle dice mucho. En la mano, lo hojeé un rato (prueba infalible):

Diatribas contra la obra de los españoles en América, definición de San Pablo como el inventor del cristianismo, comparación de Jesús con Buda y desde luego, que lo que recogen los Evangelios casi seguro que no es lo que dijo Jesús, que la existencia de otros mundos habitados demostraría la falsedad del cristianismo (con un argumento tan inconsistente que da ganas de llorar, ¿y éste es "uno de los principales intelectuales del momento?"...)

Como no hay libro malo que no tenga algo bueno, salvo aquí las tres ideas salvables que he encontrado en 40 minutos de minuciosa exploración:

-"Nunca jamás se ha inventado un medio más eficaz, que yo sepa, para transmitir información. El ordenador, con todos sus gigas, tiene que conectarse de algún modo a un enchufe eléctrico. Con el libro este problema no existe. Lo repito. El libro es como la rueda. Una vez inventado, no se puede hacer nada mejor." (Umberto Eco en la página 109)

-Que en Francia es un éxito vender 200.000 ó 300.000 ejemplares de un libro, en Alemania hay que superar el millón de ejemplares para lo mismo, los tirajes (sic.) más bajos se hacen en Inglaterra, porque los ingleses prefieren tomar el libro prestado de las bibliotecas públicas (me lo creo) y que "Italia está justo antes que Ghana" en los índices de lectores (este comentario dolorido proviene, como no podía ser forma, de Umberto Eco, italiano), si bien es el país en el que se leen más revistas (lo que le ha venido muy bien, porque "El nombre de la rosa" se vendió con el diario "La República", llegando de esta forma a muchos más hogares).

-De Jean-Claude Carriere me quedo con la idea de "combatir el "efecto novedad" tan desagradable" que "nos obliga a leer un libro porque acaba de salir". Propone "¿por qué no guardarse el libro del que se habla y leerlo tres años después?" (página 227) y compara su biblioteca con su bodega... él compra vinos en primeur, esto es, que los compra el año de la cosecha y los recibe tres años después. Mientras, el productor lo conserva en barrica y lo embotella, y así él recibe el vino mejor que cuando salió, porque los vinos ganan con el tiempo. Igualmente su biblioteca está conformada, dice, no por todo lo que ha leído, sino por todo lo que podría leer en los próximos tres años...

Una idea muy sugerente, aunque creo que la biblioteca debiera estar conformada por aquello que uno ha leído y relee, o está a punto de leer, y no convertirse en un depósito de fósiles que uno no sabe si algún día podrá leer... Pero su idea nos salva de los remordimientos a los compradores compulsivos de libros: "No hace falta que lo leas... basta que lo tengas ahí por si quisieras leerlo un día".

En fin, esta compradora compulsiva ha hojeado con detenimiento el libro, lo ha sopesado y muy cuidadosamente ha vuelto a dejarlo sobre la mesa. Los libros que compre quiero leerlos y releerlos.

martes, 20 de julio de 2010

Orden


Este mes agotador en que se multiplican las cenas y los planes ("a ver si nos vemos antes de irnos de vacaciones" es la frase estrella) y hay que madrugar más para trabajar menos (por la jornada continua, que en mi caso -por tener que hacer tesis por las tardes- se traduce por "continuamente estoy trabajando") he hecho un descubrimiento de oro.


A saber: que el orden no es sólo una cuestión de espacios, sino fundamentalmente una cuestión de tiempos. Asignar un tiempo a cada cosa y... pasar a lo siguiente cuando llegue su momento.


Ya sé, ya sé que estoy siempre descubriendo América, y que me parece insólito lo que muchos llevan años practicando. Bueno, ¿y lo bien que me lo paso, qué? Como los conquistadores, cada día me lo paso descubriendo maravillas.

viernes, 16 de julio de 2010

Hace nueve años...

Hace nueve años estábamos celebrando que éramos flamantes-recién-licenciados forrándonos a copas por todos los bares de Madrid. Anoche alguno proponía que reprodujerámos exactamente la situación. Cuando dije que me iba a casa se quejaron: "La sobria del grupo tiene que irse la última, no la primera!! Estás haciendo dejación de tus funciones..."

Que han pasado los años es evidente para mí, pero parece que sólo para mí. Los chicos -mayoría como siempre- seguían empeñados en beberse hasta el agua de los floreros y repetirnos que estábamos igual de guapas que en la universidad. Hasta se peleaban entre ellos:
-"Igualita, igualita que cuando no podíamos mirar la pizarra porque estabas tú enmedio"
-"Igual no... ahora más"

La treintena ha sido compasiva con nosotros. No estamos muy envejecidos ("¡es que cada vez nos cuidamos más!") con alguna excepción que siempre hay, y parece que los defectos se diluyen un poco (¿o es porque ya no nos vemos a diario?) y cierto poso va dotando de mayor consistencia a vidas que hace diez años eran del todo fútiles.

Y es cierto que no son mis mejores amigos (la mayoría, alguno sí que lo es) pero también que después de nueve años siguen conservando la amabilidad, la galantería, la educación, el buen gusto... todo lo que de ellos me gustaba entonces me sigue gustando ahora.

Y el cuerpo de juerga, claro, imbatible.

jueves, 15 de julio de 2010

Para los que aman el tiempo es eterno

Es una de mis afirmaciones favoritas, como también esta otra: "Todo lo que no es eternidad, es tiempo perdido".

Pero confieso que hoy las he entendido con una nueva luz. Que cada instante sea eternidad significa que tiene valor por sí mismo, no en función de lo que venga después...

miércoles, 30 de junio de 2010

Desagravio

Ante las reiteradas peticiones de que aclare mis últimas palabras en este blog, aclaro:
-Que es una gozada ser tan diferentes, que nosotras necesitemos hablarlo todo y a ellos demasiadas palabras les aturdan.
-Que tus amigas te comprenden con sólo mirarte, tu madre siempre tiene tiempo para escucharte y las largas conversaciones con tus primas ante un café son la salsa de la vida PERO todo eso junto no vale lo que la seguridad que te aporta saber que este chico te quiere y te cuida, un día detrás de otro.
-Que puede que el hombre de nuestra vida no comprenda nuestros silencios pero está deseando que se los expliquemos.
-Y que "ellos no son simples, son concretos" y que "ellas no son pesadas, son expresivas" que son dos rótulos de un libro de Mª Jesús Alava ("Amar sin sufrir") que he hojeado hoy en El Corte Inglés y que me han gustado tanto que quería copiarlos aquí.

PS: Esta entrada la dedico a mi tía Pepa, que se ha ido al Cielo el día del santo de su marido, cosa que le habrá hecho bastante gracia, creo, y con el que espero se estará riendo en estos momentos de lo bien que se entienden ahora, dónde ya no hay secretos ni silencios difíciles de comprender ni frases ambiguas, y de las tonterías que escribe su sobrina nieta en esta tarde.

jueves, 24 de junio de 2010

Entender(nos)

Es una cosa complicada ser tan diferentes. Una vez me dijo una amiga que los chicos son mucho más sencillos que nosotras, porque sólo tienes que decirles claramente lo que te gustaría y ellos, zas, lo hacen.
La complicación viene porque nosotras (o por lo menos yo) queremos que adivinen lo que nos gusta y lo hagan... si se lo tienes que decir, parece que te quiere menos.

domingo, 20 de junio de 2010

Ramillete de junio


Antes pensaba que la vida estaba compuesta de certezas absolutas, seguridades de partida. Ahora voy entendiendo que todo, todo lo que forma la vida puede definirse como "una conciencia creciente".

* * *

Una vez me dijo un hombre sabio, ya jubilado pero que se había dedicado a la Bolsa toda su vida profesional, que lo que le pedía a Dios cada día no eran grandes prodigios ni enormes milagros, sino "una suave tendencia alcista".

* * *

El arte de vivir (que es un arte, como me enseñaron mis abuelas) se cifra, fundamentalmente, en asignar a cada cosa la importancia justa: la que tiene, ni más menos.

* * *

Leído a Eduardo Punset en una entrevista: "Es muy probable que las mejores decisiones no sean fruto de una reflexión racional, sino el resultado de una emoción (...) la intuición es también una fuente válida de conocimiento."

* * *

Y dice también: "Para que una pareja vaya bien hay que cuidar mucho la atención mutua que se dedica día a día. Es importante también que los dos compartan varios sentimientos positivos. Y dedicar mucha atención a la comunicación no verbal."

* * *

Sólo ahora, viendo a mi padre, comienzo a entender algo del misterio de la vida. Todo lo que uno pudo hacer y no hizo, lo que pudo ser y no fue. Siempre más sueños que realizaciones.

Abrazar los propios límites, la clave del éxito.

* * *

La forma en la que ves el problema es parte (principal) del problema.

* * *

"Aprende a definir tus límites de actividad y no sobrepasarlos" leo a un especialista en fatiga crónica y fibromialgia.

* * *

De nuevo Punset, esta vez sobre el trabajo: "Siempre me he dedicado a actividades que en cada momento de la vida me apasionaban obsesivamente (...) Hay una época en la vida para cada cosa."

* * *

"Me he pasado toda la vida sufriendo por cosas que no han llegado a ocurrir" (Mark Twain)

* * *

La identidad no es lo que "hemos sido" ni "seremos" sino lo que "estamos siendo". "Hoy es el pasado de mañana". No mirar el pasado como un lastre ni el futuro con temor, sino estar atentos a lo que estamos construyendo hoy.

* * *

Estivill sobre los niños: explica en una entrevista que es bastante más fácil educar cinco niños que uno (puro sentido común). Que la mejor etapa de la vida de un hijo (la más gratificante para los padres) es desde el nacimiento hasta los siete años, y nos la perdemos por las exigencias desmesuradas del trabajo. Y lo más interesante: que a su juicio, el error principal en educación es "pensar que nuestros hijos no son seres inteligentes. Por eso mismo tendemos a sobreprotegerlos. Les tratamos como a demasiado pequeños. El mayor error es no dar unas normas concretas."

* * *

Estivill sobre el sueño: en la misma entrevista explica que un vaso de leche antes de ir a la cama ayuda a dormir (hace siglos lo sabemos). Que el 90% de los adultos necesita dormir entre 8 y 9 horas (sólo un 5% puede estar bien con 5 ó 6, y otro 5% necesita 10 horas diarias). Que España es un país corto de sueño: "Claro, si nosotros tenemos que trabajar hasta las ocho de la noche, llegar a casa, cuidar de los niños, darles de cenar, cenar nosotros, acostarlos y, después, relajarnos dos horas después de acostarnos, nos da la una."

* * *

Cada día trae su propio afán. Cada cosa llega como un regalo, envuelto en la gracia necesaria para vivirla: para vivir eso, ese momento, no los trescientos momentos futuros temidos.

Me quita el miedo pensar en los abuelos, en Don Antonio: aprendieron a luchar contra las preocupaciones inútiles, porque vivieron en compañía de Áquel que vuelve inútil todo afán por el futuro, que se reveló fiel la vida entera.

martes, 15 de junio de 2010

Dios te lleva

Tiene la mirada serenísima de las monjas de vida contemplativa. Hemos comido con ella, que acababa el curso de Teología y se volvía enseguida a su monasterio navarro. Éramos ocho a la mesa, y surgen todo tipo de preguntas:
-¿Y tú por qué te haces monja?
-Por lo mismo que conoces a fulanito en un bar... y te acabas casando. Y dices: "si no hubiera estado esa noche, en ese bar..." Ya, pero estabas. En lo que te va aconteciendo, Dios se manifiesta. Y te va llevando...
-Contado así suena fácil
-Es bastante fácil, si te dejas llevar bien. Hay momentos de oscuridad, sí, pero no es muy complicado.
-¿Y por qué ese monasterio?
-¿Y por qué ese chico? Misterios... Yo conocí el Císter en Zaragoza, donde vivía. Trabajaba por la tarde y entonces, me iba al monasterio que conocía por la mañana, iba a Misa allí, desayunaba con ellas, y ya estaba allí toda la mañana. Rezaba, trabajaba... a mediodía comía y luego ya me iba al trabajo. Era un monasterio precioso, nuevo pero muy bonito. Y cuidaban la liturgia, mucho, y me llevaba estupendamente con la abadesa, con los capellanes... con las hermanas, que las quería muchísimo a todas. Lo lógico es que hubiera entrado ahí, pero no entré ahí. El Señor te lleva adonde quiere...

También pasa así con las personas. Conoces un chico, es estupendo, os lleváis muy bien... parece que vais a acabar juntos pero no, acabas con quien menos piensas, con quien no hubieras esperado la semana antes. No todo es lógica, raciocinio, sumar factores y obtener resultados exactos. Hay cosas en el corazón que no entendemos. Sólo quien lo creó lo sabe...

martes, 1 de junio de 2010

¿Qué harías si no tuvieras miedo?

-No sé qué hacer... la verdad. Las dos opciones son buenas, no sé, no lo veo. ¿Por dónde querrá Dios que vaya?
-A lo mejor le parecen bien los dos caminos. A lo mejor te dice: ve por donde quieras, que voy contigo por los dos.
-Más difícil todavía, entonces...
-No, yo creo que es muy sencillo. Pregúntate sólo: ¿qué haría si no tuviera miedo?

Ayer, en la Misa del Recuerdo, el P. Isidro lo dijo igual pero con otras palabras: "No tengáis miedo a amar la vida... Para el que sabe que Dios es su aliado, todo riesgo es pequeño"

martes, 25 de mayo de 2010

La buena vida

Las mañanas puedo dedicarlas sin problema a la gestión: llamadas, correos electrónicos, asuntos que deberían haber sido resueltos siempre el día antes.
Pero las tardes se rebelan, tercas. Ataca el demonio meridiano, y una invencible pereza se apodera de mí, recordándome la vida buena a la que renuncio: una siesta tranquila, un paseo cerca del mar, leer un libro.
Al cabo, venzo la tentación con los métodos del tentador: le recuerdo que todo es regalo, esta mesa, este trabajo, la luz del flexo, el ordenador. No necesito siesta, mar ni libro para dar gracias por esta vida que llevo, la buena vida.

viernes, 21 de mayo de 2010

Lunes y viernes


Qué fácil me parece el trabajo que tengo que hacer cada viernes a las tres.

Me hago una lista, enumero los quince ítems más urgentes, y me digo que el lunes, antes incluso de leer el correo ni entrar en el blog, los dejaré hechos.

El lunes por la mañana soy otra persona, la que ha desconectado tanto el fin de semana que ya no recuerda en qué trabaja...

A medida que va pasando la semana voy recuperando la conciencia laboral, reuniones y llamadas van poniéndome en mi sitio, almas caritativas me bombardean a correos electrónicos para que recuerde los ámbitos de decisión en que me muevo...

El viernes sin falta, a eso de las tres, tendré claro lo que se espera de mí, lo más urgente, y me haré otra lista.


Buen fin de semana a todo el mundo!!!!!!!!!!!!!!!!!

jueves, 20 de mayo de 2010

Este post es sólo para ti


Me gustaría haber escrito cosas mucho mejores para que las leyeses

miércoles, 19 de mayo de 2010

Nunc coepi


Ya lo sé, querido blog, ya lo sé, que has estado casi tres meses en la inopia. Y sí, te disculpo: que le voy a hacer si te siento como cosa propia. Para tus fallos no tengo ojos, yo. Pero ahora, que vuelves arrepentido, jurando fidelidad y que no pasarás una semana sin sacarme un tema nuevo, sin comentar un libro o una película (o un concierto o una exposición, aunque la tesis -ay- empieza a hacer que parezcan inexistentes...), ¿crees que puedo tener el corazón tan duro que te niegue la vuelta a la vida?

No me conoces bien, entonces. Me agarro de tu mano y salto (¡lo he hecho así en tantos ámbitos de la vida, a estas alturas, y sigo haciéndolo todos los días!): NUNC COEPI!!!!!!!!

viernes, 26 de febrero de 2010

Preguntas con trampa

Ya son varios años dando clase, y empieza a notarse esa soltura especial que produce en el cerebro el roce con los alumnos. Soltura muy útil para responder las preguntas con trampa que me hace cada mañana el portero del edificio de al lado:
-Al sol, hoy, diez grados. ¿Y a la sombra?
-A la sombra no.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Hacer que cada día cuente

Martes y llueve. Voy pensando desde por la mañana en cómo vencer la tentación de vivir cada instante pensando en otro, la tentación más recurrente de la cotidianeidad.
Dos alumnos hablan en la puerta de mi despacho:
-Ya es casi jueves... qué guay, ya está aquí el fin de semana.

lunes, 15 de febrero de 2010

Carreras bajo la nieve

Menos mal que ya no voy a ser su profesora nunca más. Cuando me la he encontrado esta mañana, con esas ojeras bajo la nieve, me ha podido la sorpresa:
-"¿Pero no tenías que haber terminado el año pasado?"
Fue alumna mía hace dos. Pasó 4º de carrera soñando con que llegara 5º, una de las más habituales formas de perder un año entero. Quería irse de erasmus a Francia, detrás de un novio que tenía de ese país.
-"Es que me fuí de erasmus y claro... Pero me quedan sólo tres asignaturas. Un coñazo, venir para esto."
Le he preguntado si quería tomar algo. Y sí, quería. La recuerdo en las últimas filas, el pelo larguísimo cayendo sobre la cara, mascando un chicle. Leyó todos los libros, no obstante, y sufrió como todos cuando Julia deja a Charles Ryder: "No lo entiendoooo... pero si se queríannn...".
-"¿Qué quieres? Y no me digas que un whisky, aunque tienes cara de que te sentaría bien."
Por lo menos sigue teniendo la capacidad de reírse. Al fin, frente a un zumo de naranja, me cuenta:
-"Como ya no vas a ser nunca más mi profesora... Es mi novio, ¿sabes?"
-"Sí, ya me acuerdo. ¿Cómo se llamaba... Pierre?"
-"Ah, no, no. Ése era antes. Ahora salgo con un español, ¿sabes? un año más pequeño. Él está en 5º, yo repito..."
-"Ya"
-"Y nos iba muy bien, de verdad. Llevamos desde septiembre, mogollón. Y era distinto a los otros chicos, a los de antes... éste me cuidaba un montón, pero ahora de repente..."
De repente le cuesta hablar. Hace un par de ensayos, yo pienso, qué marrón contarle esto a una profesora, aunque tenga sólo siete años más que tú (pero a su edad, siete años son un siglo).
-"Creo que es porque nota que estoy colgada por él... más colgada que él, no sé cómo ha sido, porque al principio no era así pero... y creo que le agobio ¿sabes? que nota que estoy muerta de miedo de que me deje, como los anteriores..."
Buff. Los desengaños tienen eso de malo: que se sedimentan y forman miedos. No sé bien qué decir... menos mal que no parece esperar que yo diga nada.
-"Ya sé que no se puede vivir con este miedo, pero no sé cómo evitarlo"
¿Qué le digo? "No es miedo, es temor..."
-"¿No es lo mismo?"
-"No. El miedo es ante el mal, el temor es a perder algo bueno..."
Me mira sin entender:
-"Lo que yo quisiera es verme como tú, tan segura siempre... Gon y Carlos siempre lo comentaban."
Las sorpresas que te da la vida.
-"¿Qué comentaban?"
-"Que seguro que tenías un novio estupendo... o que no lo necesitabas. Viene a ser lo mismo. Todo menos esta sensación de no poder soportar que me dejen... otra vez no..."
Dios mío, y sólo tiene 24 años. Probablemente el sexo influye en esa sensación de dependencia feroz e inevitable pero ¿cómo decírselo?
Cuando subimos la calle nieva más.
-"¿Echamos una carrera? hasta la esquina"
Me mira alucinada:
-"¿Una carrera? ¿Corriendo?"
A ver cómo vamos a echar una carrera si no es corriendo.
-"Venga, si nunca más voy a ser tu profesora..."
Llega a la esquina jadeando. Un poco sonriente, por fin. Y detrás mío, por supuesto.
Me muerdo los labios para no decirle que debería correr más bajo la nieve y darle menos vueltas a ese chico.

jueves, 28 de enero de 2010

Una disculpa y un regalo

Pensaba dejar el blog así, colgado en la última entrada del año. 2009 ha sido un año estupendo, y 55 entradas son motivo suficiente de orgullo para mi, no necesitaba más. Tampoco quería despedirme o disculparme (que no me da la vida, que el trabajo y la tesis absorben todo mi tiempo, que prefiero atender a los amigos a los que veo y oigo personalmente y no vía web, etc.: todo rigurosamente cierto), no vaya a ser que dentro de poco tenga más tiempo y vuelva a postear con frecuencia.
Hoy por hoy, he leído un libro espléndido sobre gestión del tiempo (tema que me interesa desde que hice aquel famoso curso donde aprendí que todos tenemos el mismo tiempo, 1.440 minutos al día, la cuestión es en qué los invertimos cada uno) y al hacer mi lista de las 10 prioridades a las que quiero dedicar mi tiempo, el blog no aparecía.
Pero la insistencia de mi amigo Pablo ha vuelto a conseguirlo, y aquí estoy. Que no se pase enero sin una entrada, al menos. Hoy además, en el día de uno de mis santos favoritos, Tomás de Aquino, he pensado que todavía no había puesto en este blog ninguna frase de otro de mis santos favoritos, Juan Pablo II. Este año, a lo mejor, nos trae hasta la alegría de su beatificación, así que... me lo repito a mí misma, hoy:

"La santidad consiste, primeramente, en vivir con convicción la realidad del amor de Dios, a pesar de las dificultades de la historia y de la propia vida."