Para variar, me gusta más el título en inglés ("New in town"), me parece que expresa mejor lo que quiere contar la peli. Que no son tanto los apuros de una "ejecutiva agresiva" al más puro estilo, sino la experiencia de ser nuevo, recién llegado, en un lugar totalmente diferente a lo que uno conoce.
Aunque conste que el título español tampoco me parece mal, porque la reflexión sobre el trabajo ocupa un lugar privilegiado en la película. Como decía la crítica de Aceprensa, tan entusiasta que me impulsó a ir enseguida a verla, Elmer (el director) quiere hacer "una lectura del mundo empresarial que bien podría firmar un Capra o cualquier adepto a la doctrina social de la Iglesia. La persona como eje y centro de la actividad económica, la inversión del propio talento del trabajador para beneficio de todos, la labor directiva como cómplice de los operarios..."
Es cierto que hay un aire capriano en esa reivindicación del esfuerzo, del trabajo en equipo, de la originalidad personal que nos hace únicos... frente a las "macroestructuras", a la lógica del capitalismo salvaje, etc. Le falta un poco más de altura para ser digna de Capra, pero lo roza. En esta época de crisis es, cuando menos, refrescante.
Y luego -insisto- me parece que la peli quiere hablar de un lugar "desconocido" (para la prota y para la mayoría de los espectadores), Minesotta. Los Estados Unidos rurales, sencillos, profundamente creyentes (qué escena tan hermosa la del canto nocturno de villancicos, probablemente la mejor de la película...), con su gente entrañable y acogedora, a menudo injustamente despreciada. El tema, para mi, de la peli, es que Lucy Hill -la ejecutiva agresiva- se descubre " homeless, child-less, middle-aged, loveless" en contacto con otras gentes y otro clima...
En clave de comedia, claro, llena de gags tontos (al mejor estilo Zellweger en Bridget, pero no tan exagerado) y con la imprescindible historia romántica (que está bastante bien, por cierto)...
Y qué rato tan agradable me hizo pasar, no sé qué me pasa con esta actriz pero me parece humana, cercana a mí de alguna forma. Me recordó lo bien que lo pasé el verano pasado con otra peli de Zellweger, muy distinta, con un guión espléndido, y que también recordaba el mejor cine clásico -la época dorada de Hollywood-, "Ella es el partido".
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