El domingo fuí con Anasú a ver "La reina Victoria". Tenía muchas ganas porque había leído una crítica buena en Aceprensa, y el trailer me gustó. Y ahora que la he visto, encuentro que es mejor el título original: "The young Victoria". Es una película sobre los años de juventud de la reina, particularmente desde 1836 (el año anterior a su coronación, con 17 años) hasta 1840, creo (cuando está embarazada de su primer hijo).
Ruth -que había ido la semana anterior- me dijo: "La fidelidad histórica no sé si es muy alta, pero la historia de amor de ellos es preciosa. Él es espectacular." Y efectivamente, la figura mejor tratada es la de Alberto, enamorado de Victoria, respetuoso y sabio, el compañero perfecto. Tan paciente con ella, tan seguro de sus sentimientos, tan firme... el sueño de cualquier dama.
Me temo que eso es precisamente lo menos fiel históricamente. Supongo que Alberto atravesaría las dudas y temores pertinentes, y que no estuvo locamente enamorado de la reina desde el principio, al menos hay indicios para pensar que no fue así. El suyo fue un matrimonio muy feliz, por tanto, construido: no vino todo hecho...
Y es que, ay, el cine es el principal enemigo de nuestra felicidad. Nos propone modelos inalcanzables, historias de amor perfectas... luego vamos buscando uno como Alberto y no lo encontramos (claro, que tampoco nosotras somos Victoria... gracias a Dios).
Conste que la peli me gustó. Me pareció que enseñaba algo sobre la vida matrimonial (algo), y además, me da envidia lo bien que los ingleses cuentan su historia... y con cuánto orgullo. Ahora, quiero ver "Su Majestad Mrs. Brown", una peli "deliciosa" (eso dicen) sobre los últimos años de la reina. Qué interesante vida, reina de Inglaterra, emperatriz de la India, amante esposa, madre de nueve, "abuela de Europa"... Lo que yo digo. Que los ingleses hacen que te interese su historia y quieras saber más... ¡igualito que nosotros, vamos!
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