viernes, 3 de septiembre de 2010

Editores

Por diversas causas, estoy leyendo mucho sobre editores y labor editorial estos últimos días. No es lo mejor de lo que he leído, pero en la revista DeLibros de septiembre hay un artículo dedicado a los editores que trabajaban en grandes grupos y se han lanzado a la aventura de lanzar pequeñas editoriales ("independientes"). Encuentro una afirmación de editor que me gusta, un poco simple, pero me gusta, dentro de una reflexión más amplia que hace Enrique Murillo (y que tampoco está mal):

"He aprendido que en el mundo del libro hay trabajando mucha gente que no lee jamás, que apenas si echa una ojeada a informes de lectura escritos por otros. He vivido con dolor personal el desprecio que se siente por los autores, por los libros, por la cultura. También he aprendido a hacer números. A los alumnos del Master de Edición de la Universidad Autónoma de Barcelona les enseño que la mejor editorial necesita algo más que publicar muy buenos libros. Debe también estar saneada como negocio, debe lanzarlos bien, venderlos, o de lo contrario acaba cerrando y esa editorial deja de ser la más buena porque ha tenido que abandonar. Un editor es ante todo un lector, en segundo lugar debe entender un poco de negocios, y ha de dedicarse a vender sus libros, es decir a transmitir la pasión que le han suscitado a él cuando los leyó y eran sólo un manuscrito." (p. 47)

Y también de Enrique Murillo esta reflexión sobre el trabajo en los grandes grupos empresariales (en este caso editoriales, pero puede ser cualquier otro), IMPRESIONANTE:

"De todas partes tuve que irme por motivos nunca relacionados con mi desempeño profesional sino con los celos, mi incapacidad para callar ante lo que no me gustaba, mi poca tendencia a participar en el navajeo y la política interna de esos grandes grupos. En ninguno me callé a tiempo; siempre pensé que no debía fidelidad al alto o mediano ejecutivo, sino a la empresa que nos daba de comer a todos, y eso suele estar mal visto en organizaciones piramidales. Yo no me había metido allí para medrar, sino para hacer buenos libros, y resultó que, hablando en general, me encontraba bastante solo. Los demás estaban pensando en otros asuntos." (pp. 45-6)

Revista DELIBROS, Nº 245, Madrid, Septiembre 2010, pp. 45-48.

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