Leo a San Bernardo, me lo imagino siempre delgadillo y con su tonsura cantando a voz en grito por los pasillos:
"Cierto, nuestro gozo será grande, nuestra alegría infinita, cuando comience la verdadera vida. Pero ya LA ESPERANZA DE UN GOZO TAN GRANDE NO SE PUEDE DAR SIN GRAN GOZO. Que la esperanza os tenga alegres, dice el apóstol Pablo. Este gozo se produce en el alma de aquel que ha sembrado para la justicia por la convicción que tiene de que sus pecados le son perdonados."
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