Cuando tenía doce años, más o menos, fuí con mis padres a ver una exposición de Sorolla, pintor que a ellos les encantaba. Allí ví "mi" cuadro, y sin conocimientos previos de ningún tipo, entendí que su vida había estado formada, en parte fundamental, por las horas pintando a los que amaba. Singularmente a su mujer, Clotilde.
El domingo 14 fuí al cine a ver "Up". Y la idea principal de la película resultó ser la misma: cómo la vida compartida (uno con una) puede ser el argumento fundamental de una existencia. Toda la aventura que necesita un aventurero. Todo el arte que necesita un pintor.
PS. La imagen no es mi cuadro favorito, ni siquiera uno de los mejores. Pero me gusta, como me gustan todas las suyas.
Efectivamente, el meollo de Up esté en esas secuencias primeras de una vida compartida. Bien visto.
ResponderEliminarYo también adoro a Sorolla. En una revista de arquitectura leí un artículo que trataba de su época sevillana, cuando estaba aquí estudiando los Reales Alcázares, y las cartas que enviaba a su mujer.... ufffff bonito. Más que bonito.
ResponderEliminarTengo otros motivos para adorar a Sorolla, menos culturalistas y más sentimentales...
Gracias Enrique. Es una pena no ser alumna tuya: siempre encuentras lo que una ha dicho bien, aunque tengas que rebuscar.
ResponderEliminarY gracias Rocío. No sabes qué ilusión me hace leerte por aquí, yo que he seguido tu blog desde antes de que leyeras la tesis... (bueno, lo primero fue leer Pampaluna, y luego Magia, pero eso era antes de saber que tenías un blog). Qué misterioso lo de "otros motivos"... me alegra que coincidamos en Sorolla.