domingo, 20 de septiembre de 2009

Dudas

Llevo catorce días sin escribir en el blog. Gracias a los que me lo habéis hecho notar, todos de palabra y no con comentarios virtuales.
He estado bastante ocupada con ese asunto que llaman "trabajo" y que, fácilmente, puede ocupar los 1.440 minutos que tiene cada día. Sí, todos los minutos, si también sueñas con él y piensas en "todo lo que tienes que hacer" cuando estás en Misa y cuando hablas con los amigos.
Pero no es sólo por eso que no he escrito en el blog. He hecho más cosas que trabajar, claro que sí. Fuí al Prado a ver la antológica de Sorolla y disfruté como una enana viendo a tantos disfrutar con la belleza verdadera, la que se muestra y la que late debajo de lo que se ve, que suelen coincidir (otro tema es por qué el éxito de una exposición se mide por el número de personas que se agolpan en las salas y hacen cola para conseguir entrar, pero es otro tema y no voy a entrar). Fuí al cine a ver "Up" y disfruté como una enana y lloré a chorros, como Juncal había predicho. He seguido leyendo los bloggs que suelo, y sin dejar comentarios, como suelo, aunque ganas tuve de decirle a Adaldrida que comparto lo de tener y no tener, y que el problema viene a ser con quién tener o no tener.
La cuestión es que todo eso no lo he contado aquí porque me gusta más contarlo viva voce, con un café, o unas prisas de saludo en plena calle, o a la salida de un funeral, o dónde sea, pero viendo ojos, caras, sonrisas, arrugas, respuestas humanas a lo que yo digo. No aquí, en esta pantalla de ordenador, preguntándome si me leerá alguien y quién, y cuándo, intentando adivinar reacciones o respuestas de los que alguna vez me han leído y me lo han dicho.
Entonces, ¿seguiré?

5 comentarios:

  1. Creo que es bueno preguntarse lo que te preguntas; es señal de que eres crítica contigo y con lo que escribes; es bueno contar las cosas de viva voz, pero también lo escrito tiene un valor propio: yo al menos te agradezco que escribas.

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  2. Interesante reflexión Ana. Entre el fondo de la cuestión aparece la pregunta de ¿para quién escribimos? Es una de las paradojas que pululan alrededor de lo que significa Internet: la revolución en la comunicación que termina por ser la negación al no existir receptor.
    Donde esté una buena conversación, que se quiten mil posts.
    Ahora, verba volant scripta manent. Y yo que me cuento entre los lectores del huerto, disfruto con tus entradas.

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  3. Gracias Ángel y Pablo. Vuestros blogs me ayudan a entender la importancia que tiene esta forma nueva de comunicación... y la belleza que puede alcanzar.

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  4. Seguirás, claro que seguirás. Porque la labor de un blogg (como lo entiende Enrique García Máiquez, por ejemplo), es esa: contar las cosas como si estuvieras hablándolas, crear el ambiente de "cuarto de estar"... y lo estás consiguiendo.
    Y además porque... sería mala idea no seguir justo cuando yo acabo de llegar, ea.

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  5. ¡Ah! Y gracias por el enlace,. Lo importante es con quién, claro.

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