Me encanta Leopoldo Abadía. (Gracias primo Pedro, si lees esto, porque tú me recomendaste La crisis ninja y nos encantó a todos, en casa. Y sí, luego leí la Caritas in veritate y llevabas razón: se parecen mucho.)
Este fin de semana, en un rato tranquilo, he podido por fin leer la secuela de aquel libro, que da título a este post, y que padre pidió por Reyes después de hojearlo (y ya han leído madre y él).
Tengo que decir que he encontrado un montón de joyas, particularmente el capítulo tres, con sus ingresos y gastos domésticos y su recomendación de gastar con cabeza (qué adecuado para este momento de mi vida) y el capítulo doce, qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos: espectacular. El futuro es de Dios y no de los agoreros...
Copio algunas otras joyas, más breves, que me pareció al leerlas que me las estaba diciendo a mí y sólo a mí:
"Nunca me ha gustado dejarme llevar por urgencias. Cuando trabajaba en el IESE, recibí una llamada de alguien que quería hablar con Antonio urgentemente. Se lo dije: "Es urgente". Me miró con tranquilidad, sonrió y me contestó: "Para él, quizá. Para mí, no."
Todos conocemos gente que te lleva por donde quiere basándose en urgencias. Como es urgente -para él- te desordena el día -a tí-. Luego resulta que no era urgente, pero tu día ya está estropeado." (p. 15)
Definición de estrés: "situación de un individuo, o de algunos de sus órganos o aparatos, que, por exigir de ellos un rendimiento superior al normal, les pone en riesgo próximo de enfermar" (p. 117)
(Hablando de la vida:) "Y, mis queridos amigos, esto no es Jauja. Esto es un valle de lágrimas que, con un poco de gracia, se lleva muy bien y uno hasta se divierte. Sin hacer tonterías." (p. 153)
Ana Isabel: son estupendos los tres libros. Te recomiendo el que te falta "La hora de los sensatos". Pedro
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