martes, 21 de septiembre de 2010

Mis tardes con Margueritte (y más cine)


En todo un año, apenas voy media docena de veces al cine (y a veces me parecen demasiadas...)

Este año aún no he reseñado ninguna de las películas que he visto, y van cuatro. En enero fuí a ver Qué fue de los Morgan, una romanticona y ligerita que no valía gran cosa, pero hacía pasar un buen rato y tenía dos virtudes sobre el común de este género: el humor en los diálogos y el final esperanzado y totalmente a favor del matrimonio y la familia.

En marzo (¿o abril?) fuí a ver Invictus, me encantó. La coherencia que emana de la figura de Mandela, las escenas de los partidos, los valores que transmite, el acierto de la música que subraya las escenas...

En junio vimos La última cima. Era obligado, sé que es buenísima, pero sufrí un buen rato. Volví a revivir los días terribles de febrero, la muerte de Pablo y Sara, tan inesperada, el dolor de Ruth.

En fin, en mayor o menor grado, todas buenas pelis, hasta que el mes de agosto, a finales, opté por una peli francesa que recomendaban entusiásticamente en un blog del que me fío completamente: Mis tardes con Margueritte. Los temas parecían muchos de los que más me interesan: el amor a la lectura, la amistad entre personas de diferentes edades y procedencia social, la educación como proceso en el que es clave la confianza entre educador y educando, que aquél haga sentir a éste seguro de sus posibilidades. Fuímos.

Y bueno... sí que es bonita la relación entre el bruto interpretado por Depardieu y la anciana Margueritte (sin duda, el personaje más logrado de la peli), sobre todo en el emocionante final vale la pena (y estoy de acuerdo, lo que necesitan los ancianos no son residencias sino estar con sus seres queridos), y está bien planteado el drama de estarse quedando ciega cuando para ella "leer es como respirar".

Peeeeeeeero... la relación de Depardieu con su novia es absurda (y que alguien pruebe a verles/ escucharles con su novio/a al lado: da vergüenza ajena), con su madre es peor (aunque al final nos digan que una madre sólo puede querer, aún si no está dotada para ser madre), con sus amigos es de vergüenza... la relación de la vieja dueña del bar y el marroquí joven un horror también... y la selección de libros que los protagonistas leen juntos (empezando por La peste, desde luego) no me atrae nada.

En fin, que la materia prima de base es buena (la vida en un pueblo tranquilo de Francia, las limitaciones personales que responden más a circunstancias personales desgraciadas y a la consideración ajena que a la verdad, la amistad entre personas distintas en todo, el amor por la lectura que se contagia como la fiebre) pero la realización no lo es. Y sólo porque la mayoría de las películas que se estrenan no tratan temas que me interesen, no significa que voy a apuntarme a alabar las que tratan temas que me interesan, pero los tratan en forma que me repele...

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