Como llevo una época agobiadilla con tantas cosas que se me acumulan (tesis, trabajo, preparativos...) y me da rabia estar agobiada cuando son todas buenas (y alguna buenísima) me he puesto a leer a María Jesús Álava, a ver si mejoro.
"Lo importante en nuestra vida son los pensamientos, no los acontecimientos" repite, y va ampliándolo: "Lo que nos repetimos de forma constante, esas frases interiores que nos formulamos, son las responsables de nuestros estados emotivos".
Y me acuerdo de esa novelita de Gregorio Martínez Sierra que leí hace tantos años, Tú eres la paz, probablemente se la escribió también su mujer (como su teatro): "Siendo tan fácil engañar al corazón con lo que pensamos, es tonto no estar todo el día repitiéndose: soy feliz, soy feliz" (cito de memoria, no era exactamente así). La misma idea de nuestros pensamientos "malos" como cadenas la encontré ya en Sor Juana Inés de la Cruz, ay, lo que no esté en Sor Juana:
"Para el alma no hay encierro
ni cadenas que la impidan,
porque sólo la aprisionan
las que se forma ella misma"
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