viernes, 11 de mayo de 2012

Coincidencia

El 28 de mayo del año pasado entraba del brazo de mi padre en la Iglesia. Todo el mundo nos miraba mucho, quizá porque nos habíamos vestido para la ocasión. Yo, de blanco. Sonaba Bocherini, la música nocturna de las calles de Madrid, y sentí tanto gozo que pensé que ojalá la entrada en el Cielo se pareciera: una vestidura blanca (porque me he lavado en la sangre del Cordero) y tanta gente querida sonriendo, un horizonte de cariños: y al fondo, el Señor y mi marido y yo caminando hacia ellos (si no les parece mal) del brazo de mi padre, que nada me haría más ilusión...

Me acuerdo de todo esto, de golpe, porque está cerca el cabo del año, sí, pero también por esta entrada que me ha "despertado" a la Vida esta mañana.

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